viernes, 20 de mayo de 2016

Consideraciones para que te funcione la autosanacion



Si ya estás en el camino de la autosanación y ya sabes que la enfermedad es una oportunidad para crecer y dar luz a algo que está desalineado en ti, este artículo te puede interesar y ayudar.







Para practicar la autosanación es necesario un cierto nivel de consciencia que no todas las personas han alcanzado aun. Si estás deseando sanar por tus propios medios internos, ya no tienes tanta urgencia por acudir a algo o alguien que puede curarte, que pueda corregir los efectos que se manifiestan en ti. Ahora se te hace más importante entrar a un estado  de meditación, retroinspección y autocuidado.

Si bien, aun puedes utilizar medios externos para sentirte mejor, ya sabes que ellos son recursos parciales y temporales. Ya sabes que la raíz de toda enfermedad o malestar se encuentra en la calidad de tus pensamientos, de tus emociones y sentimientos. Ya sabes que es allí donde se encuentra el secreto de tu sanación.

Para conseguir una rápida recuperación de tu salud física, mental o emocional es necesario guardar la calma y este es un punto bien importante. La desesperación impide que puedas conectarte contigo mismo, impide que llegues al fondo del asunto y te hace consumir energías que necesitas para tu recuperación. La desesperación y el miedo son combustibles para cualquier enfermedad.

Una estrategia muy eficiente para contrarrestar el miedo es hacerte la siguiente pregunta: ¿para qué me puede servir esta enfermedad? O ¿Qué es lo que ésta enfermedad quiere decirme?

Una pregunta como esta hará que tu mente se abra inmediatamente a la posibilidad de entendimiento y dejará de estar en una posición negativa y de baja vibración. Bajo esta nueva perspectiva, tu enfermedad se convierte en una oportunidad para crecer interiormente y hasta puedes llegar a disfrutar de estar falto de salud.

Este es otra consideración importante.  Muy pocas personas pueden abrirse a la posibilidad de disfrutar de su malestar o enfermedad. Esto  requiere mucha valentía, especialmente si la enfermedad tiene un diagnostico cargado de malos pronósticos. Esos malos pronósticos nunca son verdades irrefutables, solo son creencias que se comparten en el colectivo científico y social. Toda enfermedad puede tener un desenlace muy particular dependiente del nivel de consciencia del que la está experimentando y nunca de lo que pienses los demás sobre ella.

Cada persona puede hacer evolucionar de manera distinta su enfermedad, dependiendo de su gran deseo de sanación y de la intensidad de su deseo por superarla.

Morris Goodman, uno de los actores de la película  El Secreto, se estrelló mientras intentaba aterrizar su avión. Con el cuello roto en C1 y C2, su espina dorsal aplastada, con todos los músculos grandes de su cuerpo destruidos, ya no era capaz de realizar cualquier función del cuerpo, excepto para abrir y cerrar los ojos. Sus heridas eran demasiado graves como para sobrevivir.

Pero el hombre que los médicos apodaron como "El hombre de los milagros" sobrevivió y con una fuerte fe en Dios, coraje y determinación, no sólo Morris reconstruyó su cuerpo, sino también su mente y actitud ante la vida. Su fabulosa recuperación, la atribuyó a las visualizaciones que Morris hacia para sanarse, como lo explica en la película.

El desarrollo y evolución de una enfermedad siempre depende de quien la sufre y nunca depende del pronóstico que de ella se ha hecho a partir de ideas de otras personas, sean científicas o no.

He visto en muchas ocasiones personas que padeciendo de leves enfermedades, se dejan hundir y se dejan victimizar por lo que otros le dicen que sucederá con su salud. Ya he hablado en otras ocasiones de los peligros del diagnostico medico que en algunas ocasiones pueden condenarnos a mas problemas de los necesarios.

Nadie tiene la suficiente autoridad como para decirte cómo se desarrollará tu enfermedad más que tú mismo.  Todo depende de tu determinación más que de cualquier otra cosa.

Para que tu determinación sea lo suficientemente poderosa, es importante que consideres este último punto que quiero que veas. No podrás sanar de ninguna dolencia, por leve que sea, mientras estés sintiendo lástima por ti mismo.

La enfermedad te está pidiendo que seas más alerta que nunca, que eleves tu poder personal y que te regales mucho amor mientras descubres el patrón que la crea.

Patricia González